Revisiones pediatricas

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Revisiones pediátricas

Las revisiones pediátricas representan los exámenes médicos periódicos conducidos por pediatras con el objetivo de asegurar la salud y el desarrollo adecuado de los niños.

En general, en nuestra Clínica Gran Alacant, consisten en una conversación y una evaluación exhaustiva del niño con el propósito de identificar posibles signos y enfermedades que los padres puedan no haber detectado, si bien en ciertas ocasiones pueden coincidir con una enfermedad común de su edad.

El número y cronograma de las consultas pediátricas varían según la comunidad autónoma e incluso el centro de salud. Además, en cada instancia, los profesionales que conducen la revisión pueden diferir: pediatras, enfermeras especializadas en pediatría y/o matronas.

Durante estas revisiones, el profesional de la salud lleva a cabo una conversación sobre diversos aspectos de la salud, como la alimentación, el sueño, los hábitos intestinales y las relaciones familiares. Es especialmente relevante, sobre todo en niños pequeños, evaluar el desarrollo psicomotor y psicosocial, ya que la detección temprana y la intervención oportuna en caso de alteraciones del neurodesarrollo pueden ser cruciales para una recuperación más rápida de los síntomas. Es importante tener en cuenta que no todos los niños alcanzarán los hitos del desarrollo psicomotor en un plazo específico, sino que existe un período más o menos amplio durante el cual se considera normal que los adquieran.

¿A qué edad se hacen las revisiones pediátricas?

Es fundamental estar familiarizado con el calendario de consultas de su centro de salud para no omitir ninguna, en particular aquellas que corresponden al primer año de vida. En Clínica Gran Alacant realizamos revisiones pediátricas a niños a partir de los 3 años de edad.

Revisiones pediátricas de 3 a 6 años

Revisiones pediátricas de 3 a 6 años: Entre los 2 y 4 años, las revisiones son menos frecuentes, ya que los padres suelen notar de manera más evidente cualquier problema y buscarán al pediatra en caso de necesidad. Por lo general, se efectúan evaluaciones a los 4 y 6 años, coincidiendo con las vacunas de esa edad. Los aspectos a considerar durante esta etapa son los siguientes:

  1. Crecimiento y desarrollo psicomotor.
  2. Salud bucodental: Se recomienda cepillar los dientes desde su erupción y mantener una buena higiene, evitando alimentos con azúcares agregados.
  3. Sueño: Establecer una rutina de sueño sólida desde la infancia temprana ayuda a garantizar un descanso reparador en la adultez.
  4. Seguridad: Se hace hincapié en la seguridad en automóviles, parques y hogares para prevenir accidentes, que son una causa principal de mortalidad en esta edad.
  5. Comportamiento: La observación del comportamiento en la consulta y la entrevista con los padres permiten identificar patrones normales y anómalos en el desarrollo social y educativo.
  6. Agudeza visual: Se realiza una evaluación para detectar problemas de visión no detectados por los padres o maestros.
  7. Control vesical y rectal: Hacia el final de esta etapa, se espera que el niño haya logrado un control total de la vejiga y el intestino. Si no es así, se investigarán las causas posibles.

Estos exámenes contribuyen al seguimiento integral del desarrollo y bienestar del niño en esta etapa crucial.

Revisión pediátrica de 6 a 9 años

Revisión pediátrica de 6 a 9 años: Durante esta etapa, los niños experimentan un crecimiento constante y un aumento significativo en las habilidades motoras y sociales, avanzando hacia la preadolescencia.

Es esencial supervisar la ingesta de alimentos, ya que deben consumir suficientes calorías y proteínas para respaldar su crecimiento y actividades diarias. El sueño también juega un papel fundamental; se recomienda un rango de 9 a 11 horas por noche, siguiendo una rutina regular incluso en los fines de semana, y asegurando un entorno tranquilo en su habitación.

Hacia el final de este período, comienzan a manifestarse los primeros indicios del desarrollo puberal, como el endurecimiento del pezón en las niñas (telarquia) y el aumento en el tamaño de los testículos en los niños. Con el tiempo, aparecerán otros rasgos sexuales secundarios, como vello en el área púbica y axilar, así como cambios en el olor corporal. Detectar señales de pubertad temprana es crucial para prevenir un desarrollo puberal prematuro, que podría limitar la estatura final de acuerdo a factores genéticos.

Revisión pediátrica de 10 a 13 años

Revisión pediátrica de 10 a 13 años: En esta etapa crucial de la adolescencia, se experimentan cambios significativos.

El cuerpo del niño se transforma gradualmente en el de un futuro adulto, acompañado por cambios psicológicos en su personalidad, relaciones sociales e intereses, aspectos en los que los padres deben estar preparados para enfrentar.

En términos médicos, se revisan hábitos saludables como el sueño, la alimentación y el ejercicio. A esto se añaden consideraciones sobre el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, ya que se observa un aumento en el uso temprano de estas sustancias, lo que puede tener consecuencias graves en un organismo aún inmaduro para metabolizarlas.

Es crucial abordar abiertamente la sexualidad en la adolescencia y ofrecer información sobre métodos anticonceptivos para prevenir prácticas sexuales riesgosas que puedan dar lugar a infecciones de transmisión sexual incurables o embarazos no deseados.

No se debe descuidar la detección de problemas de autoestima, imagen corporal, trastornos alimentarios y desafíos familiares o sociales. Identificar estos problemas a tiempo puede prevenir futuros problemas de salud mental y evitar el desarrollo de trastornos como la anorexia y el riesgo de suicidio.

Revisión pediátrica a los 14 años

Revisión pediátrica a los 14 años: Llegamos a la última consulta con el pediatra, con quien es probable que el niño tenga una larga relación.

En este momento clave, revisamos los temas previamente abordados. Asegurar la completitud del calendario de vacunas infantiles es esencial, ya que los pediatras y enfermeras de pediatría dan prioridad a las vacunas, en comparación con los médicos de familia que pueden omitir algunas.

Brindar consejos de salud y autocuidado a los adolescentes es crucial. Si el paciente lo prefiere, la entrevista puede ser solo con el médico, proporcionando un espacio cómodo para abordar preguntas y preocupaciones en relación a la salud, facilitando así su transición a la atención médica adulta.

En el caso de enfermedades crónicas, es recomendable realizar una revisión conjunta con el futuro médico de familia para transmitir información relevante sobre el estado de la enfermedad y su evolución. Esto fortalece la confianza del paciente en el nuevo profesional y facilita la continuidad del cuidado de la enfermedad.

Más allá de hacer seguimiento del crecimiento físico, como mencionamos, las citas pediátricas también desempeñan un papel fundamental en asegurarse de que nuestros hijos estén al corriente con el programa de vacunación. Tener conciencia del propio tiempo de maduración del infante, es otro elemento de gran relevancia para el bienestar de su salud.

Además, cabe recalcar que estas citas ofrecen la oportunidad para que nuestros médico de familia analice, a través de una conversación con los padres, los hábitos y comportamientos del niño en cuanto a su alimentación, patrones de sueño y logros en su desarrollo (como voltearse, gatear, caminar, hablar, entre otros).

Asimismo, estas citas proveen un espacio en el cual padres y madres pueden plantear cualquier pregunta o preocupación relacionada con el cuidado de su pequeño. Te esperamos en Clínica Gran Alacant, reserva tu cita en el teléfono 966 695 374 o reservando la cita desde nuestra sección de Medicina Familiar.

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